Veronik Liberal

Veronik Liberal

sábado, 3 de septiembre de 2011

El cartero llama dos veces

Estaba muy excitada. Tus dedos están apretando mis pezones, los noto duros, los aprietas y das unos roces que no puedo dejar de sentir unas cosquillas que se transforman en hondos escalofríos que recorren mi cuerpo y se concentran en mi sexo, donde tus dedos empujan con firmeza hacia en interior, provocando mayor placer al estimular mi clítoris con tu pulgar. Me estoy mojando, el bao que sale por mis labios se mezcla con el ambiente húmedo del baño. Mis labios están pegados en tu hombro, deseo morderlos,  pero no puedo. Es tanto el placer que estoy sintiendo que por momentos me mareo. Cierro los ojos y me dejo llevar. Suena el timbre. Mi orgasmo está próximo. Siento como mi cuerpo esta a punto de liberar todo su placer contenido. Sigue sonando el timbre con insistencia.

“Es mejor que vaya” dijo Juan. Mi cuerpo conserva todavía el calor próximo al éxtasis.
“Voy contigo” respondí esbozando una ligera sonrisa.
Era el cartero. Se quedó mirándome de arriba abajo. Fijándose sobre todo en mi voluminoso pecho.
“¿Algo importante?” Entre incontrolables gestos pregunto mi chico.

Mis manos estaban tocando y palpando su culo, es algo que a mi me excita y a él le irrita y pone nervioso. Y más cuando aproveche la barrera de la puerta me ofrecía para que mis dedos tomaron su cintura y son sutileza tocara su pene, acariciándolo y dando pequeñas sacudidas. Una vez que se cerró la puerta dejo la carta, y soltó la toalla dejándola caer fingiendo que estaba demasiado enfadado, posó sus manos en mis caderas y me susurró al oído “ eres muy traviesa…” “no se si te gustaría que estuviese en medio el cartero, eh pillina”

“Tendría su morbo” contesté

Mi cuerpo quedó a su vista. Lo contempló como si de su premio se tratase. Lancé un ligero gemido cuando rozó de nuevo sus dedos en mis pezones, no hizo falta más tiempo para que se pusieran duros. Al instante mi mano se escabullía por debajo de sus piernas y noté como la tenía de dura. La empecé a acariciar y notar sus testículos duros. Su mano inquieta no paraba de pellizcarme los pezones y de estimular mí clítoris…estábamos los dos muy excitados.
Él se agachó y saboreó. Su lengua no dejaba de empujar provocando que volviera a estar tan excitada como antes de salir de la ducha. Su boca chupaba y tragaba cuando flujo emana de mi interior. Me estaba corriendo…Los embistes de su lengua y su boca provocaba que me dieran espasmos y sacudidas, no pude evitarlo y presionando su nuca contra mi cuerpo le di a comer del rico manjar que habita en mi cuerpo. Me dio la vuelta, acarició mi culo susurrando con voz de deseo “que ganas…”

De repente sonó otra vez el timbre, le dije a Juan que no abriera pero no me hizo caso. Cerró la puerta, se acercó, en su cara veía dibujada una sonrisa extraña. De pronto sin esperármelo un hondo escalofrío me recorrió cuando sentí otras manos tocando mi sexo por la espalda, mire a Juan y el me susurro …” tranquila tienes a tu chico a tu cartero”

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Me acerqué a Juan, mientras sentía como las  manos de nuestro invitado me recorrían. Sus roces cada vez me excitaban más, frotando mi sexo con intensidad hasta que me mojó. Hundió sus dedos en mi interior y cuando estaba a punto de estallar paró. Como si fuera un gato comenzó arañar mi espalda de forma sutil y provocativa, bajando desde mi espalda hasta llegar  nuevamente a mis nalgas, de pronto sus manos están tocando mis ingles y separando mis piernas note lengua lamiendo mi sexo. Aquello me calentó. Tanto que me acerque a Juan  y sin decir palabra mis manos tomaron su miembro y apartando la piel que cubría su glande comencé a succionárselo. Juan se acercó más, mientras notaba como el rostro de nuestro invitado se pegaba mas a mi culo en pompa mojándose con mis flujos como un sediento de agua. Las sensaciones que recorrían por mi cuerpo eran para mí hasta ahora desconocidas.
Juan agarraba mi cabeza, empujándome contra él con un poco más de fuerza. Apartando mí pelo. Y yo disfrutando de ambos hombres. Mis ojos estaban cerrados, concentrándome en el placer que sentía, de pronto ambas manos se hicieron con mi cuerpo, notaba como unos dedos acompañaban a la lengua de nuestro invitado, jugando entre mi sexo y mi ano, y Juan pellizcándome los pezones de una manera que no podía estar excitada al borde de explotar. Mi calor se concentraba cada vez más. Estaba tan cachonda como nunca antes me había pasado.

De pronto, nuestro invitado se separó. Abrí los ojos y mirando para Juan, ví como con sus ojos le daba su visto al cartero que no tardó en bajar la cremallera y desabrochar el botón para acercar su pene a mi cuerpo. Comenzó a frotarlo contra mi sexo. Por los roces mi mente imaginaba un miembro grueso, aquello me deliraba. Quizás no tan gruesa como Juan,  pero si apetecible. Sus dedos volvieron a rozar mi sexo e impregnándose de mi flujo, los clavó en mi ano. Notando como un dedo traspasaba el orificio hasta el interior de mi cavidad. Abrí los ojos como platos del gusto y placer que aquello me profirió sabiendo que no era Juan.
Aceleré el ritmo de mi boca, Juan estaba desbordado, sus manos se apoyaron en su costado meneándose también con más fuerza hacia mi. Estaba a punto de hacer eyacularle cuando semejante miembro entró en mi ano. Con delicadeza y suavidad fue entrando. Tanto era el gusto que sentía que solté el pene de Juan y mirándonos le susurré con los labios “ Fóllame”

1 comentario:

  1. MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM (que no dejaria de tener la tecla pulsada) me gusta, me encanta, me... ha derretido. Simplemente provocador, placentero. No se si ha sido real, pero te mete dentro, te hace sentir uno de los personajes. No se si surgio en realidad. Pero tanto si, como no... Maravilloso. No dejes de escribir y publicar. ATILA.

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