Veronik Liberal

Veronik Liberal

martes, 25 de marzo de 2014

'Tres,dos,uno...¡Acción!'

Belén, estando sentada en el tresillo contra las cortinas, aplaudía a la vez que piropeaba y vitoreaba a Vero. El resto de la gente que  estaba en el salón le acompañó con aplausos. 

Ángel acababa de coger a Vero por la mano. Ella se había hecho un poco la remolona pero al final accedió. El salir al escenario ante la vista de tanta gente le imponía. Pero al lado de ese chico se sentía segura. 


Dos semanas antes… 
Un montón de ropa en el sillón estaba esperando plancha. Vero resoplaba, le gustaba muy poco esa tarea. En cuanto se disponía a colocar la primera pieza en la mesa sonó su móvil. Al responder vio el nombre de Belén, se sorprendió ya que apenas la llamaba. 

-¡Hola rubia! 

-¡Rubitaaaa! ¿Qué tal? 

-Aquí, a punto de empezar a planchar. ¿Y tú? 

-¡Bien! ¿Te mando más ropa? – Soltó con una carcajada Belén. 

-Que chistosa… 

-¡¡Vero!! ¡Te necesito! 

-¡Cuéntame! 

-Dentro de dos findes, Ángel y yo iremos al local. Él habló con la gerencia y acordó en hacer un striptease. ¡Ya empezó a ensayar en el salón! Si vinieras… 

-¡Siii! Espero que no tenga impedimento en ir. 

-¡Bien! Por cierto, va a ir una amiga de Ángel. Va a ser la primera vez que pisa un local. 

-¿La vais a pervertir?- concluyendo con una risotada.- Te diré algo en cuanto sepa. 

-¡Muy bien! Te dejo, que la plancha te está esperando. 

-Que comprensiva… ¡Besos! 

-Ciao,¡Muaks! 

Se dispuso a planchar imaginando a Ángel. Como se movía, como miraba, como bailaba a la vez que iba desnudándose. Y de esta manera, le fue más llevadera la tarea. 


Tres días después Vero le confirmó a Belén que iría. 


-¡Muy buenas! – Saludó sonriente Vero en cuanto llegó a la barra del local, viendo a Belén y a Ángel. 

-¿Tú crees? – Preguntó Ángel con tono dudoso sin parar de mover sus dedos. Iba vestido con una camiseta blanca ajustada que le marcaba los bíceps, con unos tejanos azules y unos zapatos negros. Sus ojos verdes atrapaban la atención de cualquier fémina y con su labia podía llegar a engatusarlas. 
La expresión sonriente de Vero se tornó a interrogación y se quedó viendo a Belén. 

-Llegamos hace poco y está muy nervioso. Tú dale algo con que entretenerse y ya verás cómo se le pasa.- Sus rizos castaños no paraban de oscilar cada vez que hacía un gesto. Junto con los ojos marrones claros y la boca de piñón le endulzaban la cara. Iba vestida con un corset negro marcando la forma de su torso y realzando sus pechos generosos, con un pantalón blanco ceñido y unos zapatos negros que le daban un aire muy elegante y sofisticado. 

-Bueno… Ya si eso lo puedo ir calentando.- comentó Vero pícaramente y mordiendo el labio inferior.- No se había arriesgado mucho con el vestuario, llevaba puesto un vestido negro que ya le había dado un par de usos.  Los zapatos negros atados al tobillo le estilizaban las piernas. 



Las personas presentes rieron a carcajadas. Vero aprovechó ese momento para presentarse y conoció a la amiga de Ángel, Noelia.  Le fascinó tanto su belleza como su energía que iba irradiando. Morena, con una larga melena, unos ojos negros vivarachos y unos labios rojos sensuales. Subida a unos tacones que le hacía más alta, lucía un vestido largo negro de escote de honor. 

El cachondeo y el flirteo empezaban a aflorar en la estancia, dejando menos presentes de los que había. Quedando solo Ángel, Belén, Noelia y Vero. 

-Bueno…mejor pasamos a la sala, estamos más cómodos y disfrutamos antes de que salga a escena. 

Estuvieron de acuerdo y avanzaron hacia el salón. Iluminado con luz tenue. Lo recorrieron despacio pudiendo apreciar a las parejas y la decoración. 
Se situaron en el tresillo que estaba contra las cortinas. Las tres chicas y el chico se enzarzaron en conversaciones animadas a la vez que la pareja se hacían carantoñas. Echando de vez en cuando vistazos al ambiente. Había y muy buen rollo. Gozaron de ese momento largo y tendido hasta que Ángel comentó: 

-El escenario me espera.- con tono de hacerse el interesante.- Me voy a preparar. 

Belén les contó el cambio de ropa y la canción que se pondría como principal para él solo. Y siguieron con sus cuchicheos. 

Hubo un momento que dejó de sonar música y vieron a la gerente abrir las cortinas del baile oscuro que se convertía en escenario. En cuanto se salió empezó a sonar una guitarra eléctrica. Al mismo tiempo que aparecía Ángel con pasos lentos y sensuales sonó la voz de una chica cantando: 

He doesn’t mean a thing to me
just another  pretty face to see
He’s all over town, knocking’em down, honey
I’d never let him next to me
 

La canción era: He's a dream - Shandi Sinnamon

Una vez agarrado a la barra de striptease, siguió bailando muy provocativamente al son de la canción sin dejar de ver a las personas, pero especialmente a las tres chicas del fondo, y se quitó la chaqueta. Ellas mostraban una gran sonrisa. Cada una disfrutaba del sentido de la vista. 
  
En el momento del estribillo que es cuando cobra energía y fuerza, él se movía bruscamente y empezaba a deslizarse por la barra como una serpiente. Y empezaba a hacer piruetas. A medida que avanzaba la canción él seguía con la marcha de su baile. E iba despojándose de la camisa y camiseta. Lanzándolas al público. Y sin parar ni un momento, en los estribillos de la canción animaba con gestos a que la gente aplaudiera y le siguiera el ritmo. Estando semidesnudo, sus músculos del torso destacaban cada vez que hacía un movimiento. 

Todas las personas le estaban prestando atención y aplaudiendo animadamente. Con maniobras que se percibían poco, se quitó los zapatos y los calcetines. Siguió concentrado en su baile hasta colocarse de espaldas a los individuos. Procedió a despegar un lado de su pantalón, a la altura del tobillo, y del otro lado. Meneando su culo primero, acto seguido inclinándose un poco hacia adelante, sacó el pantalón de un tirón. Mostrando un culo pequeño y las piernas tonificadas. Enseguida se oyó algún que otro grito alborotador y silbidos que venían del fondo. 

Expuesto en tanga, de color negro, reanudó su baile sin dejar de sonreír. Belén canturreaba las últimas frases de la melodía. Era el final. Ella y Vero se quedaron viendo a Noelia cuando se levantó. Cuando observaron que se dirigía hacia los servicios, comprendieron rápidamente. Volvieron con la vista al escenario y comprobaron que Ángel descendía las escaleras. Con una nueva balada de fondo. Él, acercándose a cada chica posible, le propinada una caricia suave por la cara o por el hombro. Fue avanzando hasta llegar al tresillo de fondo. Su mirada se cruzó con la de su novia, le robó un beso pasional y le agarró la mano a Vero, queriendo levantarla. Ella se revolvió en el asiento mientras pensaba ‘¿Por qué yo?’. A lo que Ángel le contestó con la mirada. Como iba a negarse… 

Cuando los dos subían las escaleras se oía la voz del cantante. Su voz ronca y poderosa delataba quien era. Y con tan solo el sonido del piano al inicio, Vero había adivinado la canción. Todo un clásico: Unchain my heart - Joe Cocker

Atrapándole él las manos, se las apoyó en la barra de striptease. Colocándose uno enfrente del otro. Él comenzó por moverse sensualmente e indicándoselo a Vero con la mirada. Ella intentaba imitarle. Con gestos sugerentes, moviéndose alrededor, descendiendo su cuerpo provocativamente y meneando su culo. Empezaba a  soltarse un poco. De repente, Ángel se situó detrás de ella. Mientras le acariciaba los hombros y desabrochaba el vestido, le susurraba: 

-Piensa que estamos solos. Tú y yo. ¡Demuéstrame que me harías! 

Ante esa frase, como si le diera a un botón, a Vero se le disipó las inseguridades, por la expectación de la gente. Ángel se colocó delante de ella, rozando con sus manos las caderas, pero se vio sorprendido cuando fue apoyado contra la barra y su torso fue acariciado con vehemencia. A él se le iluminaron los ojos y sonrió con malicia. De seguido, ella, siguiendo el ritmo de la canción, se contoneó con salero alrededor de Ángel hasta que lo colocó a la vista de los sillones. Y de esa manera, dando ella un paso hacia atrás, se inclinó hacia adelante. Lamiendo desenfrenadamente  los pechos y pezones de él. A la vez que se subía su vestido dejando entrever su culo respingón. Él empezaba a resoplar. 

De ahí a un poco, él la enderezó y se pegó a ella. Ante el momento de excitación que acababa de vivir, al estar a milímetros de su boca, le parecía una tentación imposible de caer. Quería aguantar, llegar a un punto al que la culminación sería grandiosa.  La esquivó pero era un poco difícil. Ella jugaba mucho con la boca. La entreabría, dejaba asomar la lengua, se mordisqueaba el labio inferior… Él, posó su dedo en la boca femenina pero que enseguida lo atrapó para lamerlo y succionarlo. Sin parar de mirarle a los ojos. 

Rápidamente él danzó con ella y con la barra en medio. La desinhibición se apoderó de ella y sentía que estaba a solas con él, con nada alrededor. En aquel momento solo escuchaba la canción, y sintiéndola, le mostraba a Ángel su baile provocador  y mirándole con lascivia como nunca lo había hecho. En un momento, él aprovechó para desprenderle sutilmente del vestido. Quedando en ropa interior y con sus taconazos. 

Él, ya no aguantaba más. Se lanzó a darle un beso muy húmedo con bastante ímpetu. La excitación de ambos subía demasiado rápido, por todo. 
Siguieron con su particular danza y sin dejar de sonreír. Ángel, muy pillo, reteniéndola enfrente de él, le desabrochó el sujetador. Le bajó una asa, le bajó la otra y manteniéndoselo un par de segundos, momento que aprovechó para manosear sus pechos cubiertos, se lo quitó y lo lanzó con ganas hacia el fondo. Llegó a donde estaba Noelia. Los pechos liberados se movían a cada paso que Vero hacía. Redondos y grandes con unos pezones rosaditos. 

Entre vuelta y vuelta, estando los dos semidesnudos, experimentaban la sensación de exhibicionismo. A ella nunca le había llamado la atención, pero esa noche y con Ángel, al final lo estaba disfrutando.  Los coros de la canción les indicaban que estaban en el final, así que entre roces suaves, movimientos muy provocadores y lengüetazos terminaron el baile. 

En cuanto acabó de sonar la última tecla del piano, Vero y Ángel se encontraban fundiéndose en un beso. Fueron interrumpidos por unos aplausos que resonaron por toda la sala del local. Los dos vieron que toda la gente estaba aplaudiendo y sonriendo. Ellos se sentían totalmente agradecidos y se retiraron. Tenían que darle solución sus deseos. 
Y apareció la gerente recogiendo el vestido de ella y cerrando las cortinas.