Emocionada voy conduciendo, siguiendo las indicaciones de David.
Nunca pensé que conocería a un chico que me pusiese tanto. Hacía que saliese de mi zona de confort, atreviéndome a sugerirle planes y a expresarme más explícitamente cuando no suelo ser así.
De repente noto su mano izquierda en mi muslo derecho. Llevo un pantalón vaquero y una camiseta roja de estreno. Su mano grande apoyada ejerciendo cierta presión y agarre hace que mi excitación suba a raudales. Tanto, que me humedezco como si me estuviese comiendo la boca y restregándome sobre él. Inconscientemente, intentando disimular mi agitación, mi cuerpo me delata. Estremeciéndose.
Me sorprende como un gesto sin más, lo disfrute tanto o más como cuando me besó la primera vez o cuando noté su mano haciéndome vibrar de placer con poco que me haga.
Esa mano que…
-agarraba de la mía con ímpetu para llevarme a su habitación y notar como la euforia se apoderaba de nosotros.
-acariciaba mi mejilla derecha sonrosada a la vez que sacaba su lengua de forma traviesa sonriéndome y mirándome a los ojos con complicidad.
-magreaba todo lo posible mi cuerpo, una y otra vez, a medida que nos morreábamos con más ganas mientras nos desvestíamos.
-que de forma envolvente y provocadora la metía repetidas veces en mi boca para ensalivarla, y yo lo hacía de forma juguetona y chupándole los dedos...Percibía como le gustaba por su sonrisa, sus expresiones, su forma de mirarme…
-que al mismo tiempo que con la derecha me agarraban del culo y me levantaba con energía sin parar de besarme, a lo que yo redondeé su cintura con mis piernas mis piernas, y exaltada seguí la efusividad del momento tras lanzar un grito de júbilo y sorpresa.
-que cogió las mías, llevándolas hacia detrás de mi cabeza, estando yo acostada sobre la cama, cuando se disponía a bajar su cabeza a mi coño, dando entender que le regalara mi mejor orgasmo.
-que a la par con la izquierda, las bajaba por mis brazos desnudos hasta mis manos para entrelazarlas, notando su calidez y cercanía, mientras me rozaba encima de él y nos provocábamos con mordiscos, lengüetazos y comentarios subidos de tono.
-que sujetaba mi cabeza cuando jugueteaba con mi boca y lengua en su polla dura, y que cada vez me tocaba constantemente el pelo cuando le sobaba en muchas ocasiones sus huevos y la zona del perineo.
-que colocaba en mi cuello pero sin ejercer presión mientras le follaba, cabalgando sobre él, incitándome con su mirada y su boca, por lo que de forma pícara le variaba el ritmo follándole y le introducía algunos dedos míos en su boca mostrándole una sonrisa permanente.
-que junto con la derecha, me sujetaban las nalgas para comerme el coño, mandando previamente sentarme encima de su boca, llegando ver como entrecerraba los ojos del placer que sentía y como gemía.
-que rozaba mi mejilla derecha a la vez que me daba un beso que iba in crescendo en pasión, cuando volvía de nuevo a deslizar mi mano por su polla, notando cada centímetro su rugosidad y dureza.
-que al mismo tiempo con la derecha me sujetaban las caderas para follarme, sin parar, en un mismo ritmo, estando yo encima, llegando a un nivel de excitación máxima desafiándonos con gestos y lenguaje subido de tono.
-que me agarraba de la cintura después de situarme al borde de la cama, estando a cuatro patas, metiéndome su polla lentamente, pero luego retirarla y así coger de mi pelo y tirar de él al vernos totalmente excitados en el espejo del armario que estaba casi enfrente nuestra.
-que ensalivaba cada vez que me la metía en la boca pícaramente, y me encantaba hacerlo y ver como lo disfrutaba, y que luego iba con ella a mi culo a estimularlo y veía como me retorcía de placer mientras yo sin poder estar quieta me frotaba sobre él.
Todos esos pensamientos son interrumpidos por una pregunta de él poco antes de llegar al destino.
Ilusa de mí se da cuenta de mi nerviosismo deleitándose y pude deducir que no es solo la mano que me hace vibrar tanto, si no que también...