Se siente nervioso ante la
incertidumbre, pero como promesa que juró hacerla, Rafa va a hacer una
visita a sus amigas. Ellas abren la
puerta y sin mediar palabra lo llevan al dormitorio. Iluminada por miles de
velas aromáticas creando claros oscuros muy insinuantes desnudan lentamente al chico. Al terminar,
entre ellas se dirigen un par de
miradas.
Como si las miradas hablasen
ellas deciden recostar al chico en la cama y lo esposan. Él, esposado a la cama
totalmente desnudo puede ver a las chicas a los pies de la cama. Se empiezan a
desnudar entre ellas, al mismo tiempo que se acarician y se dan unos besos
deseosos de lascivia. Ante tal situación, el chico totalmente desnudo en la
cama, está muy excitado. Rabea por no poder mover las manos hacia ellas, para
acariciarlas, sentirlas. Ellas, desnudas, se suben muy sinuosamente a la cama,
acariciando cada pedacito de cuerpo de él que van encontrando hasta llegar a la
cabecera de la cama.
Lucía saca un pañuelo de seda
de unos de los cajones de la mesilla de noche. Entre ella y Patricia le tapan
los ojos. Patricia retira de un escondite cúbitos de hielo, sostiene uno entre
los labios y con él empieza a recorrer los pechos de él haciéndole estremecer. Una vez
que se termina de derretir el cúbito de hielo Lucía sigue el rastro con su
lengua, notando frío al mismo tiempo que nota su piel cálida. Al terminar,
Lucía va al escondite y coge un poco de chocolate tibio, echa un poco en el
torso y en los pezones de Rafa .Patricia empieza a saborearlo desde el pezón izquierdo,
sigue el trayecto hasta acabar en el pezón derecho. Rafa se revuelve de placer,
ellas tienen la duda de si sería de gustazo… Aunque ahora ya no hay rastro de
chocolate, Patricia sigue lamiendo y mirando su cara. Él se esta mojando los
labios…eso hace que ella se excita. En un momento de desprovisto ella se va a
saborear aquella boca que tanto ansiaba. Ahora Lucía es la que sigue lamiendo
por el torso y va descendiendo hasta pasar su lengua alrededor del ombligo. Lucía
se dirige a Patricia con una mirada, dándole a entender lo que tiene que hacer.
Patricia saca nuevamente del
escondite los cúbitos de hielo. Lucía coge un cúbito y lo roza en la línea
desde el ombligo hacia el pubis…las sensaciones de Rafa se manifiestan en un
grito. Un grito ahogado y gustoso. Se paró, apartó el cúbito, como ahora es tan
pequeño Lucía decide restregarse las
manos con él hasta deshacerse. Con sus manos frías fue empezando a acariciar la
parte interior de los muslos de la
pierna, ascendiendo hasta llegar a los testículos. Con sutileza, pasa sus yemas
de los dedos, notando como su piel se eriza. Patricia se acerca, con su lengua
lame la zona fría. Rafa está enloqueciendo solo de pensar cuándo podrá sentir
esos labios juguetones de ellas. Lo creciente de su excitación bajo su pubis,
pidiendo más de cada una de ellas, cada beso, cada caricia y cada roce de piel.
Lucía, más impaciente, se mete un cúbito
pequeño en la boca y tras derretirse se dirige a su pene inhiesto. Se lo
introduce milímetro a milímetro mientras
Patricia prodiga atenciones a sus testículos. Rafa tiene la constante sensación
de estar a punto de estallar.
De ahí a un poco se cambian las
tornas, Lucía baja a sus testículos y tras sopesarlos tiernamente se dedica a
lamerlos soplando de vez en cuando para intensificar la sensación. Patricia con
las dos manos abiertas las pasa por el torso, van ascendiendo como si un masaje
se tratase. Al llegar a los pezones, los pellizca, le manda un par de
lengüetazos pero no puede evitar mordisquearlos un poco. Rafa suspira sin
cesar. Al verle la boca entreabierta pasa sus finos dedos por sus labios
mojados, pero rápido los quita y los sustituye por su lengua, sin llegar a
meterla en la boca. La lengua de Rafa se asoma buscando la de ella, antes de
que se apartara y se fuera para su oreja. Le mordisquea el lóbulo y en un abrir
y cerrar de ojos se va a saborear la boca traviesa de Rafa. No lo esperaba,
pero le responde gustosamente y devorándole.
Mientras Lucía está la mar de
entretenida besando sus testículos su sexo erecto se tensa con impaciencia, tan
erecto que cada una de sus venas se marcan son excitación y que con tanta ansia
por sentir el tacto de ellas. Lucía ve
ese tórrido beso y que sin poder resistirlo se une, breve pero intensamente.
Vuelve a bajar para volver a lamer cada una de las venas de su miembro erecto.
Mientras con las manos masajea sus
testículos se introduce el glande en la
boca y aunque él empuja sus caderas hacia arriba para meterlo entero Lucía no
le deja. Se dedica a lamer esa zona, soplando, arañando suavemente con los
dientes. Como no sabe si ese pequeño
momento de dolor le gusta lo lame para
aliviarlo.
Patricia se pone de tal manera
que coincide su boca con el miembro del chico y la boca de Lucía, y su parte
íntima está enfrente de la boca de Rafa. Él, con los ojos tapados y las muñecas
agarradas, saca su lengua al sentir el húmedo y excitante olor del sexo. Se
acerca con hambre, su lengua siente la suavidad de sus labios, su humedad
salada, y comienza a recorrerlo de arriba a abajo, besándolo, lamiéndolo,
mordisqueándolo todo lo que su posición le permite. Enloquece con las caricias
y los besos de ellas mientras el se embriaga con el sabor del sexo de Patricia
con la constante tensión de su pene erecto, siempre a punto de estallar de
placer.
En un momento que Lucía levanta
la cabeza Patricia saborea aquellos labios finos hasta que se entremezclan sus
salivas. Patricia junta su mano con la de Lucía para masajear el miembro que
estaba imponente. Se le hace boca agua y decide hacerle unas lamidas alrededor del miembro mientras
Lucía come el capullo, succionándolo profundamente, aumentando el ritmo tal y
como quiere él. Como desea desde hace ya mucho tiempo llevándolo al limite una
y otra vez. En un momento que Lucía para, Patricia abre su boca y mete el pene de Rafa, apoyando sus manos en
sus cachetes para marcar el ritmo, a veces entrecortaba para succionar el capullo. Con la más mínima
sensación, Rafa se estremece. Ellas, al verlo tan excitado y ante tal situación
también se excitan.
Lucía le susurra algo a
Patricia y acto seguido Lucía se retira y Patricia se pone encima de él. Con su
mano coge su miembro y lo acerca a su parte íntima, bajándolo un poco más lo nota rozando el clítoris. El pene se desliza
por los sitios más recónditos pero ante la impaciencia de Rafa eleva su pubis
para introducirle con suavidad, aunque lo que más desea es llegar de golpe
hasta el fondo. Ella sentada encima de él, con sus manos en el torso, se mueve
rítmicamente, notando milímetro a milímetro de su pene. Él no puede evitar
suspirar y revolverse algo. Es entonces cuando Lucía decide soltarle pero el
pañuelo de seda se lo deja puesto y le susurra “ni te lo quites, y más que vas
a gozar por partida doble” .......